Hoy hacen exactamente 15 años que me recibía de padre. Responsabilidad que le cabe a Milii en este caso, que se le ocurrió aprecer en mi vida un 29 de octubre.
Profesión no remunerada económicamente y jodida como pocas. No importa que económicamente no sea rentable en tanto y en cuanto la Bolsa de Valores afectivos explota y tiene índices que serían la envidia de los mercados financieros si es que estos tuvieran corazón.
Y es jodida básicamente por la responsabilidad que significa acompañar a una personita desde su más absoluta indefensión hasta ... Iba a decir que hasta que se le suelta la mano, pero en realidad nunca se deja de acompañarla. Cambian las formas, las presencias, los roles y las necesidades; pero siempre se estará al lado para cuando se nos necesite. Y acá aparece otro aspecto de la jodidez de esta profesión: aportarle a tu hijo/a todo lo necesario para que crezca y evolucione sin ahogarlo/a logrando que sienta que uno estará a su disposición y que ese aire que le damos no es desinterés.
Como dice Serrat "cargan con nuestros dioses y nuestros miedos". Brutal y genial resumen para algo que empieza de golpe por más que haya nueve meses de preparación ya que en un segundo te queda la mente en blanco, cuando sentís a esa personita por primera vez en tus brazos y te das cuenta que nada de lo que pensabas hacer vas a poder hecerlo.
No pude presenciar el parto de Milii, y es una espina que llevo y llevaré clavada por siempre porque su terquedad (¿o será algo de orgullo?) la hizo levantar la cabeza justo antes de salir y en una cesárea no te dejan estar. Me llamaron para que la vea un toque en la cunita cuando la llevaban para la nursery y ahí nomás me enamoré. Tan indefensa, tan hermosa, tan frágil, tan génesis del tsunami que es hoy en día.
Recuerdo que la enfermera le pedí el manual de instrucciones. Me dijo que no había (¿vendrán hoy en CD o habrá una página web donde registrar el número de serie de padre para las consultas on line?). Y que tampoco corrían ni garantía ni posibilidad de devolución. ¡Cómo si realmente uno quisiera devolver semejante tesoro!.
Podría enumerar las mil y una vivencias que fui teniendo a lo largo de estos quince años, pero no es la idea de estas líneas. Es más simple todo. Es gritar que acá estoy. Tan enamorado como el primer día y orgulloso de la señorita que acompaña hoy mi vida.