16 de diciembre de 2010

Fin de ciclo

Hoy terminé el ciclo escolar más largo que me tocó transitar en un Colegio: 13 años de enseñanza primaria.

Claro está que no ha sido como alumno (estaría cual pollo al spiedo girando y girando sin parar junto al fuego si así fuera) sino como padre. Experiencia que tiene lo suyo, vale aclarar.

Esta mañana acompañé pleno de orgullo y satisfacción a Pilar, mi hija menor, a su último acto como abanderada sin dejar de recordar con un nudo emotivo en la garganta que ella apenas nacía cuando entré al Colegio a cumplir mi primera actividad oficial: inscribir para Jardín de Infantes a Milagros, mi hija mayor, que bien vale mencionar también terminó su séptimo grado siendo abanderada.

Y en ese hall vacío de alumnos, morada del kiosco asiduamente concurrido en los recreos y antesala del patio cubierto donde se llevaron a cabo la mayoría de los actos escolares que presencié, me inundaron la vista un sinnúmero de imágenes vividas allí nomás y, por qué no reconocerlo, alguna que otra furtiva lágrima que me negué a dejar salir.

Es que de pronto estaba la Hermana Luisita haciéndonos saber que sin dudas de alguna manera la Virgen (la advocación de María Auxiliadora en este caso) te llama para que formes parte de esa Casa.

Y estaban los más de 60 compañeros de mis hijas que me tocó conocer y mucho llegué a querer, algunos de los cuales formaron parte de esos viajes de egresados que me tuvieron de padre acompañante (experiencia maravillosa y enriquecedora por demás, vale reconocer y recomendar)

Y estaba la señorita Vicky arrebatándome gentilmente de los brazos a Pilar, con sus pañales a cuestas, llevándola a recorrer el Colegio que tantas veces la iba a contener con el fin último de que tuviera mis manos libres para fotografiar a Milagros en algún pintoresco acto de Jardín (cuanto más chicos mas hermosos y adorables los chicos).
Y las monjas y las maestras que tanta contención nos brindaron a mí y a mi familia en los momentos dolorosos que tuvimos que vivir y que tanta alegría nos expresaron ante los hechos proveedores de felicidad que también nos tocaron vivir en estos años compartidos.

Y las reuniones de la Unión de Padres, a las que mucho no fui porque preferí trabajar por los alumnos y por el Colegio desde una posición extraoficial ante las malintencionadas críticas de esos émulos de canes del hortelano devenidos en padres de compañeritos de mis hijas algunos de los cuales tuve que sufrir hasta ayer. Claro está que después se sumaron otros que por fin también fueron borrados ayer de mi vida, entre los que se encuentran supuestos amigos a los que en familia les abrimos la casa y hasta el corazón y de buenas a primeras nos dieron la espalda o, lo que resultó mas doloroso, fueron modernos Judas que nos hicieron saber del dolor del saberse traicionado.

Pero los chicos siempre son lo mejor que nos puede suceder. Los propios y los ajenos. Siempre tendrán alguna salida que destapará alguna sonrisa que hace olvidar, al menos por un rato, de los avatares de la vida de adulto.

Y descarto ya la narración de más imágenes del recuerdo porque estaría horas y más horas y páginas y más páginas escribiendo y la vida sigue y dicen que para muestra basta un botón.

Me retiro de este texto con la imagen del abrazo que me propinó uno de los compañeros de Pilar en Córdoba, tal vez porque fue totalmente inimaginado a partir de que desde su casa llegó uno de los portazos al sentimiento más doloroso, el cual vino acompañado de un “Te quiero mucho”, al que le pude responder un “yo también te quiero mucho” y sentir algo muy parecido a la satisfacción de la tarea cumplida.

5 de diciembre de 2010

Hasta luego, Chunga

Y cambió de barrio nomás la tía Chunga. Elsa Iris según el documento pero a casi nadie le importaba esa combinación, era La Chunga.

Es mi abuela tía. Esa tía que cumplió el rol de abuela a falta de los representantes maternos aprovechando que sus hijos eran todavía adolescentes cuandos a mi vieja se le ocurrió parirme y hacer que fuera el más chiquito de la familia.

Y si bien el tiempo y mi propia boludez me aislaron y me hicieron estar lejos estos últimos años, las imágenes de ella que llevo grabadas son espectaculares y la vida me dio el changüí suficiente como para estar ahí nomás cuando rajó a encontarse con mi viejo y los otros que nos están preparando la bienvenida cuando sea nuestro tiempo.

Así, recuerdo los primeros años de la primaria en su casa de Banfield recibiéndome unos días antes de que comenzaran las clases con un cuaderno "borrador" en el que me adelantaba algun tema que vería ese año o repasando lo aprendido antes. Claro está, todo esto mientras se dedicaba a armar bijouterie para agregar unos pesos a su sueldo de maestra jubilada; esa bijouterie que yo le ayudaba a confeccionar en cuanto me aburría de los ejercicios, cosa que sucedía bastante rápido, debo confesar.

Otra imagen imborrable era ella atendiendo el kiosco de la ya inexistente Clinica Temperley o el de la Galería Visión más adelante. Horas y horas pasaba haciéndole compañía, llegando a la gloria cuando podía atender a algún cliente.

En fin, la seguiré extrañando. Por eso vayan este par de perlitas nada más para enhebrar en algún collar imaginario que quizás esté armando en este momento.

8 de septiembre de 2010

Ejercicio de la memoria (práctica)

A veces me encuentro jugando a reconocer imágenes, situaciones, olores, sonidos y demás yerbas que no están grabados ni en fotos ni en cintas ni en videos.

Y claro está que aparecen desde el más recóndito rincón de mi ser y hoy me susurraron al oído que querían salir a pasear más allá de mi cerebro.

Y hete aquí que se escurren por mis dedos el recuerdo del Rey Mago mayor hoy ya mudado de barrio que dejó un Karting de impactante rojo metalizado a cadena y piñón, llantas inflables y asiento regulable en algún lugar del porsche del chalet de la calle Acevedo a la espera de que la puesta en escena de camellos dejando el tendal de pasto no engullido sobre la pileta de lona en el patio surtiera efecto ante la ansiosa espera infantil aquel 6 de enero.

Y se escabulle aquel cumpleaños de Claudio (¿o era del Bati?) en el que la maceta de cemento del patio de la casa de la esquina recibió mi cabeza con los brazos abiertos dejando una importante cicatriz que hoy cierra la abertura que dejó pasar tanta sangre preocupando hasta al mas taimado. Sé que a pesar de los tiempos que corren increíblemente aún existe la Sala Cestoni de primeros auxilios donde raudamente me cocieron el marulo.

Y me veo corriendo a la par del camión de la mudadora “El Poco a Poco” que nos llevó a mis tres años de Capital a Banfield y que 35 años después, tal vez el mismo viejo camión deportó de Canning a Capital lo que no quedó en aquella quinta devenida en vivienda permanente de los viejos.

Y aparece Roberto, el eximio violoncellista que me padecía dándome clases de flauta y guitarra que terminó triunfando en USA, después de haber sido uno de los que inaugurara mi amado Colegio, el CONABA, y de que irremediablemente se diera cuenta que lo mío iba a terminar siendo un autoaprendizaje más cerca de la adolescencia.

Y el 548, llevándome por Larroque desde la estación de Banfield hasta la calle Estrada, eje cartográfico de las casas de la mayoría de mis compañeros de la Escuela 31 con quien nos juntábamos a jugar al fútbol en la canchita de Rodriguez Peña y Los Patos o en la de la Usina.

Y teniendo colgado este texto esperando darle una coda que permitiera ser publicado, resulta que no puedo dejar de acordarme de la casa de Fernando, con esa habitación dividida por ese placard que separaba su dormitorio y el de Liliana, escuchando y fascinando con las letras de Pastoral y del Flaco Spinetta; más que nunca hoy, que se fue a encontrar con Alejandro de Michelle y con sus seres amados que lo precedieron y, por qué no, a clavarse un vermucito con mi viejo.

21 de julio de 2010

Ejercicio de la memoria (teoría)

Si el lector se dejara llevar por el título y se ubicara a estas alturas del mes de Julio quizás encararía este texto predispuesto a encontrar una reflexión sobre la tragedia de la AMIA o un homenaje al Negro Fontanarrosa.

Pero para ello tal vez debiera ser Memoria, con mayúscula al inicio.

Este es un texto más sencillo. La inquietud que le da nacimiento aparece cuando un compañero de mi escuela primaria en un encuentro de esos de “30 años despues” me dice:

-¿Cómo te acordaste de ese flaco? ¡Estuvo con nosotros 2 años nomás!

Aparece cuando me doy cuenta de que en realidad no me acuerdo de la mayoría de las cosas sino que nunca me las llegué a olvidar. Tal vez debiera decir que me negué a olvidarme de mi pasado. Hice del recordar situaciones (casi siempre agradables) y protagonistas (queridos o no) una costumbre.

¿Que esto tiene que ver con ser hijo único? Es muy probable.

En algún momento me dí cuenta que yo no tenía ese compañero de ruta llamado hermano; ese coprotagonista de la niñez y memoria paralela de la vida casi desde el mismo inicio. Y no podía encontrarlo en algún primo cercano en edad ya que el que mejor cumplía con los requisitos vivía en Pergamino y yo en Banfield. Y los teléfonos no eran lo que hoy son los celulares e Internet no existía ni en el sueño más afiebrado de los genios del Instituto Tecnológico de Masachusset.

Y como suele suceder cuando uno se casa y aparecen los hijos, esos amigos que venían a ocupar ese rol de hermano dejaron de ser cuidados y los caminos comenzaron a separarse.

Y ese empeño de no-olvido tomó más fuerza. No sólo por sentir la ausencia de los amigos sino por comenzar a tener la necesidad de evocar cómo era uno a la edad que iban teniendo los hijos para tratar de que la vara con la que los íbamos a medir no estuviera demasiado desfasada con la realidad.

Entonces hoy me encuentro recordando no sólo la situación que congeló una foto, sino que además se aparecen otras imágenes relacionadas con ese momento que no están en ninguna foto. Y después aparecen otras que no son un recuerdo de un recuerdo sino que son genuinas y originales. Y así sigo como si el olvido en realidad no fuera una condena a la eliminación sino una pérdida pasajera como la de esa medalla que se oculta en el fondo de un cajón.

La mejor manera que conozco, entonces, para no perder ni mis raíces ni mis afectos es la de ejercitar esa memoria del no-olvido que hace que los recuerdos se queden en los más recónditos y templados lugares de mi corazón para así, si mis compañeros de ruta no están a mi lado sea por la circunstancia que sea, sí estén conmigo cuando los necesite.


27 de mayo de 2010

Ejercicio lingüístico matemático sobre la puteada Riolatense

Como estoy podrido que un anónimo spammer agregue comentarios en una entrada del blog he decidido eliminarla, pero como no quiero que se pierda, la vuelvo a postear.

Decía en aquel entonces que encontré un concurso de insultos muy interesante y recordé un mail recibido hace ya muchos años. Espero que lo disfruten.

Teoría y práctica de la puteada rioplatense:

Puede parecer sorprendente, pero profundos estudios lingüísticos y filológicos han revelado últimamente que ciertos giros populares del Idioma Castellano – especialmente aquellos relacionados con expresiones despectivas y condenatorias del Área del Río de la Plata – siguen una bastante rigurosa estructura matemática.

Al menos eso es lo que se desprende de los trabajos del prestigioso filólogo–matemático checo Josip Hrdlzwcka quien ha analizado las expresiones más usuales escuchadas en los estadios de balón-pié argentinos, especialmente durante los encuentros llamados “Clásicos”. Según Hrdlzwcka, las maledicencias furibundamente vociferadas por las facciones rivales (generalmente con especial mención a la genealogía materna del Arbitro del encuentro) podrían reducirse a un modelo matemático bastante preciso.

En efecto; el malediciente rioplatense ha acuñado el verbo
“Putear” como indicativo de toda una serie de exabruptos soeces basados en el sustantivo “Puta” aplicado (como queda dicho) generalmente a los miembros de la rama genealógica materna del oponente con el propósito de endosar a las mujeres de dicha rama el ejercicio de la profesión más antigua del mundo.

Pues bien, se ha comprobado que esta adjudicación profesional se realiza en una serie de gradaciones que pueden ir desde lo lineal hasta lo exponencial, admitiendo incluso escalas logarítmicas.


Por ejemplo, sea:
P = Puta


La primer gradación aumentativa que Hrdlzwcka ha aislado como componente básica de la maledicencia rioplatense, responde al concepto de duplicación y utiliza el prefijo “Re” para indicar que la intención debe entenderse multiplicada por 2. Consecuentemente, podríamos indicar:


2P = Reputa


Curiosamente sin embargo, luego de la duplicación simple aparece (casi inmediatamente) un legado del sistema métrico decimal mediante el cual el concepto se aumenta con el expeditivo recurso de multiplicarlo por mil. Así, si hacemos H = Hijo y utilizamos el símbolo de --> para indicar adjudicación preposicional, el concepto de "Hijodemilputa", podría formularse como:

H --> P x 1000


De lo cual inmediatamente se desprende que el popular “Hijoderemilputa!” quedaría unívocamente indicado en la expresión:

H --> 2P x 1000


Otra de las características típicas del malediciente rioplatense es basarse en la ley de los principios opuestos. Por ello, utiliza ampliamente el prefijo “Contra” ya sea para indicar oposición, o bien para denotar una reversión bipolar de lo que el oponente probablemente le estará deseando.

También esto es posible de ser vertido a una notación matemática ya que si admitimos que el concepto de “Contra” es básicamente una recíproca del tipo 1/x entonces la popular expresión “Recontraputa” adoptará la forma:


1 / 2P


Y consecuentemente, “Hijodeunarecontramilputa” sería:



No obstante, el genio rioplatense tiene capacidades mayores aún en materia de aumentativos. Según Hrdlzwcka no debe olvidarse la posibilidad del superlativo expresado mediante los sufijos “ísimo” e “ísima” concebibles matemáticamente como equivalentes a una función cuadrática exponencial con lo que “Putísima” sería simple y elegantemente:
En resumen, la Teoría Matemática de la Puteada de Hrdlzwcka expresa que, “Todo exabrupto proferido con intención insultante en el Río de la Plata es reducible a una expresión matemática concreta cuya expresión puede resolverse en notación simbólica sustituyendo las magnitudes intencionales por notaciones adecuadas”.

En honor a la verdad, debemos admitir que esta novedosa Teoría no ha sido lo suficientemente difundida en nuestros medios académicos, probablemente debido a la pudibundez inveterada de los círculos oficiales. No obstante, es innegable que Hrdlzwcka ha hallado un medio sumamente útil para expresar la más variada gama de puteadas con una envidiable elegancia matemática. Piénsese solamente que, por ejemplo, si hacemos M = Madre, entonces:

la (PM --> 2P x 1000) parió

es obviamente equivalente a “Laputamadrequeteremilparió” siendo que, por su parte, una expresión como “Lareputísimamadrequeterecontramilreparió” se expresa como:


Sin embargo queda en el tintero el famoso "Reverendo" y en estos casos no debemos olvidarnos de anteponer siempre, el otro signo igual de famoso:
#
por lo tanto "Reverendohijodelareputísimamadrequeterecontramilreparió" se escribiría así:


mientras que si usamos el bendito superlativo al cual se refiere Hrdlzwcka, expresado mediante los sufijos "ísimo" e “ísima” y en su defecto decimos "Reverendísimo" o "Reverendísima" entonces tendríamos que "Reverendísimohijodelareputísimamadrequeterecontramilreparió" se leería así:


lo cual es un poco más complicado pero no deja de ser tremendamente contundente...

17 de abril de 2010

Fin del Invicto

Son las 2 y cuarto de la madrugada.

Ya mis hijas se pudieron dormir al igual que Marisa. Aunque debo reconocer que a ella le costó mucho más.O sea, es un buen momento para hacer catarsis: habiendo pasado una hora desde que volví de la comisaría de prestar declaración y cinco horas y media de que sentí que bajarme del auto podría ser lo último que hacía en mi vida. Además, ya pasó un tiempo prudencial como para que no me deje llevar por la furia social a lo Feinmann de C5N.

¿Los hechos? Vengo mortificado con el tema enfermedades en la familia así que era lógico que tuviera que ir a la farmacia a buscar unos remedios llevando a mi cuñada. Cuando estamos por arrancar, una moto con dos pendejos frena violentamente delante del auto y el de atrás se baja con un revolver en la mano y corre hacia la puerta de mi lado. Mi cuñada me grita (porque los ve primero) y los dos le mostramos las manos y yo empiezo a abrir la puerta acompañando su movimiento. Mostrándome el arma nos grita que le demos la guita y que nos bajemos del auto. Mi cuñada empeiza desesperadamente a decirle que no tiene nada y yo me saco los 9 mangos que tenía en el bolsillo, agarro el puñado de monedas que llevo al lado de la palanca de cambios para los limpiavidrios que se ponen pesados con intención de dárselas tambien (de más está decir que en situaciones límites el cerebro piensa de las maneras mas extrañas y ridículas) y empiezo a rezar para que no se le dé por disparar y que ni mire la guita que le estoy dando porque si piensa que es poco aumentaban las posibilidades de ser boleta.

Todo esto en no mas de quince segundos.

Empiezo a bajar y casi a darle las monedas (que boludo me siento haber pensado eso) y veo la sombra de un auto que frena a lo bestia y escuchos gritos y un disparo.

La sensación de que no contaba el cuento ya dejaba de ser sensación para sentir que era un hecho cuando, al ver que el pendejo que parecía de unos 15 años (a la postre, 17, que para el caso es lo mismo ya que va a salir en menos tiempo que lo que yo tarde en escribir estas líneas porque es menor) sacaba lo que había metido de su cuerpo dentro del auto, veo que mi cuñada había logrado bajar del auto y estaba tirada en la vereda boca abajo por lo cual decido imitarla y me tiro sobre el asiento del acompañante esperando sentir los disparos subsiguientes.

Todo esto en los 30 segundos que siguieron a los primeros 15.

Escuchando solo gritos y pensando que la balacera solo se demoraba y era inminente, repto cual marine en película yanqui pedorra y me deposito yo tambien boca abajo en la vereda.

Todavía sin tiros pensaba ¿Vinieron mas chorros? ¿Hay canas? ¿Nos la ponen a nosotros? ¿Están viendo y escuchando esto Marisa y las nenas en casa? ¿Por qué no disparan? ¿el que se me acerca a hablar es chorro o cana?

Las respuestas vienen siendo mas o menos que al primer auto con canas de civil se le sumaron otros dos tambien de la brigada, que el que estaba en la moto se tomó el palo, que el que me habia venido a encarar estaba en el suelo adelante de mi auto esposado, que a Marisa se le dio por salir porque desde el dormitorio nos vio a su hermana y a mí en el piso con un tipo casi encima de nosotros y le daba lo mismo cualquier cosa si a nosotros nos habia pasado algo y que el tipo que me hablaba era cana y una vez que se habia asegurado que yo no era otro chorro sino el “damnificado” se dedicó a trasmitirnos tranquilidad y a pedir una ambulancia del Same ya que mi cuñada estaba con una crisis de nervios más que importante.

En 5 minutos se habian sumado 3 patrulleros, el subcomisario y el comisario de la zona y todos los vecinos de la cuadra.

Para no hacerla demasiado larga y porque ya la catarsis y el Rivotril hacen sus efectos y me quiero ir a apoliyar les cuento que mientras Marisa trataba de calmar a su hermana el subcomisario se me pega y se viene conmigo para que me vean mis hijas y se tranquilicen y me pide si le facilito un trapito para sacarse el barro de los zapatos antes de entrar a mi casa porque venía de la villa (si, la puta 1-11-14) de recuperarle el auto a mis vecinos de enfrente que se lo habian “hecho” a punta de pistola una hora antes y que algunos de mis vecinos son solidarios a más no poder y que terminamos en la comisaría declarando encontrándonos ahí con los vecinos de enfrente, justamente que tambien estaban declarando y que gracias a ese choreo, la brigada andaba dando vueltas por la zona y tuve el inmaculadísimo y enorme ojete que vieran como me estaban afanando e intervinieran justo a tiempo.

A modo de conclusión les cuento que a pesar de lo que me pasó no voy a dejar de optar por la defensa de los derechos humanos, la no discriminación, por defender la lucha por una sociedad más justa e igualitaria para todos; pero sin lugar a dudas ahora menos que antes voy a aceptar que la inseguridad es un tema imposible de solucionar.. Que los abogados y los jueces se metan su ley de procedimientos en el ocote y dejen de lucrar sacando presos, que a la cana la dejen laburar y que le impidan sólo sus extralimitaciones y no que no puedan parar un sospechoso sin comerse un sumario (de paso que la guita en seguridad la pongan en sueldos y suministros y no en coimas para comprar patrulleros nuevos, chalecos antibalas y mierdas que despues no sirven)

En fin, será cuestión de organizarse mas con los vecinos para cuidarnos entre nosotros poniendonos de acuerdo como para que no salgamos de a uno a guerdar los autos o agregar luces porque la cana no da abasto (no niego que hay corrupción y los etcéteras varios que mis amigos mas zurdos que yo puedan querer recriminar a mis palabras), los fucionarios civiles de la ciudad dejan mucho que desear y los políticos en general y en su totalidad pasado cierto estamento interno en su partido no hacen ABSOLUTAMENTE NADA por nosotros.

Ruego que se termine pronto esta histroria de pobres contra pobres y que no lleguemos a situaciones de “es él chorro o nosotros” porque como sociedad todavía nos podemos ir mucho más a la mierda de lo ya llegamos a irnos.

1 de febrero de 2010

La culpa [es] de todos

Desde que abrí este blog conocí algunas personas geniales con las que no tengo más contacto que por ese medio llamado Internet.

Bel viene siendo una de esas personas, y tiene la particularidad de que la adopté unilaterlamente como una hermana menor dada la diferencia de edad, el ineludible celo de mis hijas y los años que debería haber portado este servidor al nacer ella.

En fin, la cuestión es que hace un tiempo cerró su blog mas no sus ganas de expresarse; y mi llegada de las vacaciones se encontró con un mail con un texto que me pedía publique en este espacio.

Como no podía ser de otra manera, le cedo este post y dejo que sus palabras fluyan hacia ustedes. Eso sí: personas impresionables y menores de edad, abstenerse de seguir leyendo.


La culpa [es] de todos
by Bel

El otro día escuché dos historias más que interesantes que tuvieron lugar en la guardia del hospital donde trabaja mi vieja...

La primera:

Una "nena" de 14 años entra a la guardia con una hemorragia vaginal. Cuando le hacen la ecografía para poder diagnosticar de donde provenía, descubren que tiene el brazo y la cabeza de un bebé. Al parecer, el novio de 24 años de edad [quien no quería ser padre, y le había comprado cuanta pastilla permitida hay para abortar, o no quedar embarazada -como las del día después- y no le dió resultado], le arrancó a pedazos, o por partes al bebé del vientre con tan sólo 5 meses de gestación.

La segunda:

Una mujer de 49 años, también entra a la guardia con una hemorragia vaginal.
Situación: el marido llegó en estado de ebriedad a la casa y al parecer la violó [aunque sus desgarros y heridas indicaban que ahi no sólo había entrado un pito]. La mujer fue ingresada al quirófano, le hicieron una histerectomía, casi se muere.

Yo pienso que se pueden evitar estas situaciones.

Entiendo también, que en el segundo caso deben haber antecedentes de violencia familiar, entiendo que la mujer llega a un estado de sometimiento al cual es muy dificil de afrontar, pero no imposible.

En el primero, bueno, la cosa es sencilla, no entiendo como los padres de una criatura de 14 años la dejan salir a la hija con un tipo 10 años mayor que ella, eso por empezar.
Lo que entiendo, y que es un problema [o lo entiendo como tal] es que esa familia vive y se crió en uno de los barrios más bajos de Neuquén capital, donde los planes de jefes de hogar o de familia, o los políticos de turno les lavan la cabeza, los estupidizan para que cada vez sean más ignorantes. Que no piensen sigue siendo la mejor opcion.

Y de esto, creo que todos tenemos la culpa.

La tenemos de...

Elegir siempre a los más forros como los representantes del pueblo...

No hacer un carajo ni como personas y mucho menos como sociedad. Porque te pueden dar una ayuda, una especie de subsidio, pero las ganas de trabajar, educar a los hijos y vivir con una mínima de dignidad, ya no existe, son los menos, quienes a propósito, cada vez son menos...

Y ellos, ávaros, poderosos, con un aire de impunidad, no hay uno, ni uno [!], que haga algo desinteresado.
Y, como yo no creo ni en el cielo ni en el infierno, no creo que algún día lo paguen, porque cuando se les ocurra o se animen a procesarlos, van a haber pasado los 70 años y van a apelar al arresto domiciliario, que seguramente van a cumplir en algún country donde van a terminar viviendo como los reyes de Babilonia.

Y volviendo al tema de los subsidios, la cuestión es que si se los sacás ahora, en un principio, se te arma un quilombo de la puta madre!! Entre piquetes, protestas y cuanta cosa se les ocurra para reclamar, y, por otro lado, lo más importante... El mercado laboral (oh cruel señor!) ya tiene a estas personas dentro de la categoría de desempleados estructurales, donde ni siquiera se les puede adjudicar el mínimo significado de la palabra empleabilidad, por lo tanto... trabajar tampoco pueden!

La culpa no es sólo de ellos... es de todo el $%&#ç+ pueblo...

bel