1 de junio de 2009

30/05/2009 - Una crónica piojosa.

Segunda parte.
[viene de acá]

Pasaron canciones de la primera época: Labios de seda, Ando ganas, Manise, Esquina Libertad, Tan solo y el clásico aumento de aroma dulzón en el ambiente y Todo pasa. Llegó el turno de Luz de Marfil y el magnífico pogo generalizado con el agregado de nubes de vapor frente al escenario que no eran producto de ningún dispositivo artificial. En ese momento, como ya es clásico, Ciro deja el escenario para que Micky cante su Fijate y Tavo le pusiera su voz a Sudestada.

Como parecía un buen momento para bajar al campo, se lo propuse a mi acompañante que pensó lo mismo y así viví lo que sería una frutilla del postre, que fue pisar el campo del Monumental y ver las tribunas desde ahí abajo. Si bien lo único descubierto que había era la pista de atletismo, en un extremo se veía un pequeño espacio verde barroso que no dejó de ser pisado por quien suscribe brindándose uno de esos pequeños grandes placeres que no hacen a la felicidad pero suman.

Desde nuestra nueva ubicación vimos aparecer nuevamente a Ciro para hacer la habitual Fantasmas pero esta vez caracterizado él de la forma como suele verse en la pantalla del fondo. Utilizó un Rock and Roll clásico en ingles que ni de casualidad se como se llama que terminaba enganchado con zapatos de gamuza azul para desmaquillarse. Siguieron ShupShup, Difícil con el desconsolado llanto de Milagros allá por donde estuviera y Manjar.

Durante el clásico Pistolas aparecieron los niños piojosos, algunos nuevos, algunos más crecidos que antes, saludando a los músicos, presagiando que se venía Canción de cuna y el irremediable moqueo de este padre baboso que no sólo tenía la oportunidad de escucharlo en vivo por primera vez, sino que además lo hacía abrazado a uno de sus soles. La emoción de ese momento no impidió que viera que no era el único emocionado con un piojito con él en esa zona del campo y con un par de jovatos llorosos cruzamos alguna mirada cómplice de mutuo entendimiento y admiración.

El silencio absoluto en que quedó sumido el estadio permitió que un fan leyera un emotivo mail que enviara al enterarse de que la banda paraba por tiempo indeterminado y que Ciro presentó como ícono de tantos otros que se recibieran del mismo tenor.

Tanta emoción fue la antesala de la vuelta hacia las plateas donde nos que damos hasta el final escuchando Farolito, Verano del 92, Desde lejos no se ve, Cruel y Genius. La introducción de Ciro a Pacifico, diciendo que no era bueno para los discursos pero que la letra expresaba lo que él y la banda sentían en ese momento de despedida nos iba alertando de que este último ritual estaba terminando. El balneario de los doctores crotos fue la antesala de otro momento mágico, como si el cielo se hubiera puesto de acuerdo con las miles de almas en que era el momento justo para empezar a sentir nostalgia. No había terminado el primer acorde de Buenos días Palomar cuando volvió la lluvia para quedarse hasta el final del show. Finale trajo la lectura de trapos de Ciro y contrariando todo lo conocido, cuando terminó el tema no se encendieron las luces sino que vino la dedicatoria de Ruleta a Mario Pergolini que transmitía para la Rock and Pop al que siguieron totalmente fuera de programa El Viejo, de Pappo, Los mocosos y Muévelo, que de no haber sido porque disposiciones municipales así lo disponían no hubiera sido el último tema ni de casualidad.

Con las luces del estadio encendidas era fácil entender por qué el celular no permitía mandar ni el más mísero mensaje o hacer llamadas: tanta gente junta en tan poco espacio no podía hacer otra cosa que saturar cualquier intento de comunicación. Así y todo, el reencuentro con Mili y su amiga fue rápido y efectivo.

La adrenalina que nos dejara el show era mucha como para seguir comentando casi a los gritos las distintas vivencias que pasamos pero no por eso se dejaba de sentir ese cosquilleo de quien extraña a eso que tanto aprecia y estima.

¡La puta, que se los va a extrañar!

6 comentarios:

bel! dijo...

Cómo que no?

Obvio!
Me sorprendió muchisimo, pero muchisimo que haya sido el ritual numero 100 de este flaco, Alejandro me parece... No lo podía creer!

No lloré, pero me emocioné por demás, se me helaba la sangre por momentos, y en otros mi garganta no daba más. Tenía las zapatillas mojadas, un poco del pantalón y el pelo, pero con todo lo que me moví no sentía frío, no sentía nada!

Fue TRE-MEN-DO!
No lo voy a olvidar jamás!

Abraxos!

PD: En el colectivo de vuelta sí, mariconié un poco, pero un poco no más!
Ahh y el tema ese de rock and roll antes de zapatos de gamuza azul se llama Around & Around está en Ritual!

PD: Por dios! Nunca los había escuchado con Dani Buira en la batería! Fue genial!!! Y obvio, con él hicieron Desde lejos no se ve! Hermoso!
Ja

ani dijo...

Me encantan Los Piojos...qué nbueno pudiste estar ahí.

Con tu relato nos llevás hasta la escena misma del momento.

Un beso!

m. dijo...

Buuu...que re bajón que no fui.

Milagros dijo...

Qué genial que fue ! Graciasssssssssss muchas gracias ! Te amo :D

Unknown dijo...

En mi blog tienes varios premios para ti si quieres pasa por ellos, bechos...

natxus dijo...

Gracias a todas!!! Cualquier parecido con estar borrado sdel mundo bloguero es casi pura coincidencia.

Nos estamos leyendo!!1