4 de diciembre de 2009

Primer desencuentro

Volviendo a recorrer la web en busca de lecturas no tradicionales [las tradicionales, léase: libros, me las reservo para las vacaciones] encontré un blog de esos que rescatan elementos de décadas anteriores, que no solo tocó fibras íntimas desde el nombre sino que trajo a mi memoria la marca de remeras que generó el primer desencuentro adolescente que recuerdo haber tenido con mi padre.

A mis trece años ya había aprendido hacía unos meses a manejarme con la combinación tren-subte que desde el sureño suburbio de Banfield me depositaba en el centro capitalino; cuestión que debía agradecer a mi género masculino y a las tranquilidades que sin dudas tenía un padre por aquel año 1978 de que su hijo utilizara los medios de transporte público sin tener que pensar que estaba en riesgo de que lo "apretaran" para sacarle el celular o un par de buenas zapatillas.

Así las cosas, recorriendo la calle Florida con mi amigo Freddy terminamos en la Galería Jardín que por aquellos años desinformatizados todavía era un compendio de casas de ropa donde las remeras innovadoras a partir de sus colores y estampados eran dueñas y señoras de la mayoría de las vidrieras. Las rayas horizontales anchas de colores variados y los estampados al centro y al frente hacían furor.

Era todo un hito para mí animarme a una de esas remeras. Yo venía de terminar una escuela primaria en la que a partir de mi altura y estructura ósea permeables a sumar algunos kilos de más a los recomendables era el "gordito" que debía todavía elevar su autoestima y asumir que en su vida el talle XL sería lo estándar, no tanto por atribuciones propias como por perversas costumbres de los fabricantes de ropa que aún hoy perduran potenciadas hasta el paroxismo. Aunque en ese momento, si la confección era lo suficientemente amplia, podía usar la máxima medida que tenían disponible que era un L.

Y fue en un local con remeras Sun Surf, con estampas de olas de mar y surfistas obviamente, donde encontré el ideal que podía permitirme: una remera con un color hoy denominado pastel [color que con el tiempo aprendería que estaba ubicado entre el salmón y el naranja pero seguiría sin poder determinar el nombre correcto] con el estampado de un surfista con cara de pánico al observar que en su caída de la ola se dirigía directamente hacia una roca, grande en la espalda y una réplica del mismo en la delantera pero de menores dimensiones ubicado a la izquierda del pecho donde tradicionalmente se ven los logos de las marcas.

Pero claro, la libertad de la excursión y la compañia de mi amigo un tanto más deshinibido, me hizo prestar atención en otra remera, blanca ella, con una frase en ingles en letras azules y rojas que rezaba: "I am an alcoholic. In case of emergency buy me a beer". O sea, lo suficientemente divertida y mimetizada en inglés como para que me decidiera a comprarla también.

Cuando llegué a casa y le mostré a mi madre mis preciadas adquisiciones debería haberme dado cuenta que su expresión al ver la remera blanca no era buen presagio ya que fiel a su cultura tácita del "ya verás cuando venga tu padre" no dijo nada.

No estoy ahorrando detalles diciendo que cuando a la noche llegó mi viejo y la vio solo dijo:

- Ni se te ocurra ponerte esa remera. ¿Te das cuenta de lo que implica?

No sé si me di cuenta de algo o si el tono en que lo dijo fue lo suficientemente convincente como para que volara directo a la baulera del placard y se perdiera el tiempo suficiente como para que pasara de moda y mi cuerpo se siguiera desarrollando e impidiera que pudiera lucirla de una manera más o menos digna.

11 comentarios:

Eric 2.0 dijo...

Una pena no haber podido usar esa remera!!

Pero de todas formas, me gustó mucho el recuerdo.

Diego - Cerdos y Cerdas - dijo...

tanto tiempo sin pasar por acá... la verdad que es un honor volver a pisar este chiquero

un saludo grande

natxus dijo...

eric: Es una pena, no hay duda.

Diego: siempre es bienvenido por el rancherio

Unknown dijo...

muy bueno... tambien me hiciste recordar... que estupidos eramos... mira ahora??? y aunque alguien los mire raro, no les importa.
(como me gustaria poder hacerlo)
mmm...
bechos

Paula dijo...

Lástima que haya ido a parar esa remera al baúl de los recuerdos.
Es cierto lo que dice Josefhine, hoy los chicos se ponen cualquier cosa y les resbala lo que piensen los demás.

Besos!!!!

natxus dijo...

Josefhine: ¿Eramos?. Un beso. gracias por estar

Paula: Ni al baul, fue.. jjajajjaa. Se uso de trapo en alguna mudanza!!!! Beso. Gracias por estar

bel! dijo...

:O

Realmente una pena! Ni para dormir la pudo usar? Que convincente su padre!

Abraxitos...

Nati Alabel dijo...

Natxus, ud tiene una mención especial en el Ranking de Nombres Raros! Ya ha sido publicado.

natxus dijo...

belu: Era bravo el vasco. y se imponia a fuerza de miradas y convencimientos, che.

Natalia: Gracias por tu generosidad. Un placer haber contribuído a su causa onomástica

bel! dijo...

No sabe como se lo extraña...

Y si supiera las cosas que pasan!

Cristian Persal dijo...

Así es como nos adaptan en nuestra cultura...miradas mas que fuertes que nunca se olvidan ...