5 de diciembre de 2010

Hasta luego, Chunga

Y cambió de barrio nomás la tía Chunga. Elsa Iris según el documento pero a casi nadie le importaba esa combinación, era La Chunga.

Es mi abuela tía. Esa tía que cumplió el rol de abuela a falta de los representantes maternos aprovechando que sus hijos eran todavía adolescentes cuandos a mi vieja se le ocurrió parirme y hacer que fuera el más chiquito de la familia.

Y si bien el tiempo y mi propia boludez me aislaron y me hicieron estar lejos estos últimos años, las imágenes de ella que llevo grabadas son espectaculares y la vida me dio el changüí suficiente como para estar ahí nomás cuando rajó a encontarse con mi viejo y los otros que nos están preparando la bienvenida cuando sea nuestro tiempo.

Así, recuerdo los primeros años de la primaria en su casa de Banfield recibiéndome unos días antes de que comenzaran las clases con un cuaderno "borrador" en el que me adelantaba algun tema que vería ese año o repasando lo aprendido antes. Claro está, todo esto mientras se dedicaba a armar bijouterie para agregar unos pesos a su sueldo de maestra jubilada; esa bijouterie que yo le ayudaba a confeccionar en cuanto me aburría de los ejercicios, cosa que sucedía bastante rápido, debo confesar.

Otra imagen imborrable era ella atendiendo el kiosco de la ya inexistente Clinica Temperley o el de la Galería Visión más adelante. Horas y horas pasaba haciéndole compañía, llegando a la gloria cuando podía atender a algún cliente.

En fin, la seguiré extrañando. Por eso vayan este par de perlitas nada más para enhebrar en algún collar imaginario que quizás esté armando en este momento.

1 comentario:

Milagros dijo...

No sabía que hacías collarcitos jajaja.
Es muy lindo todo lo que escribiste. Sé que desde donde esté, junto con el abuelo los dos están muy orgullosos de vos. Y sí, sos lo mejor que hay (la puta madre, me pongo sentimental).
Nada, te amo. Básicamente eso.