26 de noviembre de 2009

Cerrar los ojos

Cierro los ojos.

Inclino despacio mi cuerpo hacia adelante flexionando levemente las rodillas. Están algo endurecidas pero resisten la nueva posición sin problemas.

Junto ambas manos por sobre la cabeza.

Respiro hondo, me impulso, vuelo y espero que el agua se abra ante mi para poder sumergirme.

Voy hasta el fondo.

Me hago un ovillo casi fetal, giro levemente y apoyo las plantas de los pies en el cemento.

Vuelvo a impulsarme con fuerza, esta vez hacia arriba. Ya en la superficie me estiro bien horizontal y hago la plancha unos instantes mirando las chapas que hacen de cielo.

-Es una posición de estar entregado -me digo y roto sobre mi columna medio giro para comenzar un leve braceo.

Llego al borde, giro y recomienzo la cansina rutina de brazos y piernas.

Antes de llegar al otro extremo reparo en la paradoja de que ya sea haciendo la plancha o nadando sigo dentro de la misma pileta.

Abro los ojos. Despego mis manos de la nuca, miro el monitor de mi PC y, sin ganas, esbozo una sonrisa.

Tipeo.

3 comentarios:

Eric 2.0 dijo...

Precioso el texto, casi iniciático, me dio una idea como de nacimiento, o de algo (o más bien: alguien) que está por nacer.

Paula dijo...

Con la mente podemos viajar a lugares únicos, y transformarnos en todo.
Hasta lograr hacer que una pc se convierta en algo deportivo, jajajaa!!!

Genial texto, sorpresivo final!!!

Ud sí que me sigue sorprendiendo, eh?!

Un beso grande!!

natxus dijo...

Eric: El agua y nadar me dan esa misma sensación. No sería el objetivo principal que me hizo escribir este texto, pero en algun lado toca esa idea.

Paula: Que te puedo decir... sorpresa suele ser la mia ante tanta generosidad de tu parte al comentar. Un beso para vos y espero que todo vaya mejorando.