Ahora sí. Este blog no queda cerrado por derribo, sino que su autor se tomará unas muy merecidas vacaciones y duda que le den ganas de ponerse a publicar.
Para colmo, una recurrente paranoia hace que no quiera identificarse en máquinas de "Cibers" bajo ninguna circunstancia salvo que sea absolutamente necesario.
Lo que pensaba postear hoy, terminó siendo una opinión en el otro blog, que es un tanto más catártico que este. Así que si les interesa péguense una una vuelta.
Ya llega la ruta. El auto lleno hasta los guardabarros de ropa y cosas que vaya a saber si se van a usar. La música no será 100% rutera de la que me gusta, pero estamos los cuatro y eso en definitiva está bueno.
A mí me toca ir y venir porque no pienso perder una semana de vaciones por dos putos días.
Es época de balances y no puedo resistir la tentación de escribir algunas líneas sobre este 2008 que a Dios gracias está recogiendo sus pertenencias y emprendiendo una retirada muy esperada por quien suscribe.
Se da la paradoja de que quienes más me conocen y más cerca han estado de mí y de mi familia probablemente no lean nunca estas líneas; pero así y todo debo empezar agradeciendo sus presencias, sus apoyos incondicionales, sus palabras de aliento, sus silencios. En fin, todos y cada uno de los gestos que han tenido para conmigo y para con quienes amo, que es como si hubiera sido yo el destinatario.
Y a la hora de balancear lo bueno y lo malo vivido, resulta que (¡oh matemática omnipresente) no hay promedio que valga ya que cada cosa vivida tiene su propio peso específico (acá se entrometió la física) y cuando el dolor es muy grande, todo lo que genera angustia y pesar está mucho más presente que cualquier momento de alegría por mas grandioso que éste haya sido. Por eso que el sentimiento de desbalance es muy fuerte.
Sé que ha sido un año en que me ha tocado poner el hombro y apoyar a los tres amores de mi vida. Espero haber estado a la altura de las circunstancias y que cuando las aguas se aquieten y las heridas cicatricen un poco más nos podamos encontrar viviendo una buena cantidad de momentos felices y plenos que creo tanto nos merecemos.
Quiero finalizar agradeciendo también a todos y cada uno de los que han pasado y pasan por este espacio, ya sea dejando sus comentarios o sólo leyendo lo que humilde y caraduramente se publica más o menos cotidianamente. Sepan que con su presencia colaboran a que el aire que me da escribir alguna que otra tontería (confieso que no tengo pretensiones de escritor y si bien sólo me faltaría eso de “escribir un libro…” me doy por hecho con las dos hijas que tengo y la infinidad de árboles que planté en mi vida) sea más fresco aún que lo que el blog lo acondiciona.
Les dejo una particular versión de un villancico navideño tan habitual en esta época del año.
Un fuerte abrazo a tod@s y cada un@ de los que se detuvieron a leer estas líneas.
Cuando uno tiene hijos chicos suele ver programas de televisión mucho más pedorros de los que elegiría ver si tuviera el mando del control remoto, por lo que anoche me encontré viendo las estupideces de Marley y su pared movediza (El Muro Infernal, lunes a viernes 21 hs mas o menos por Telefé, para el que desconozca y quiera experimentar) donde en el colmo del mal gusto decidieron que los equipos en pugna fueran "Las lindas" contra "las feas". Claro que lo del mal gusto no refiere a una cuestión estética, sino que se pasaron todo el programa discriminando la "las feas" con frases y actitudes despectivas. Vale aclarar que las supuestas feas no eran prototipos bizarros Almodovarianos, sino que se trataban de mujeres absolutamente normales que, claro está, con esos trajes de mierda que usan en ese programa de ídem, quedaban bastante mal paradas.
Hay quien puede argumentar que por un segundo de fama, si se dejan discriminar, que se jodan. Pero el problema es que dada la hora y el hecho de que el programa es visto mayoritariamente por menores, el mensaje discriminatorio es sencillamente obseno, repudiable y con agraventes diría un leguleyo.
Lamentablemente, no es más que un emergente de la sociedad altamente discriminatoria que vivimos. Se discrimina a los gordos (bah, a todo aquel que no entra en un talle small o medium), a los de piel oscura, a los bolivianos, peruanos, paraguayos y etnias originarias (no solo por el color de piel sino por pertenecer a esta segunda clasificación), a los homosexuales (aunque está de moda tratarlos como si no se los discriminara, careteando todo lo posible hasta mostrar la hilacha, diría mi abuela), a los travestis (otros discriminados por partida doble), al judio, al pobre, al villero (para peor el hip-hop ha traído una vestimenta que unifica a la villa y a barrio Norte, uy que problema ¡¿a ver si se discrimina a uno propio?!) y a todo aquel que no encaje con el modelo pseudoeuropeo que este país ha sabido construir desde sus orígenes.
Dirán que la discriminación nace de la inseguridad propia, pero los eventuales problemas psicológicos de los individuos no justifican que como sociedad avalemos que se discrimine y no hagamos nada la respecto.
Y no entro en el detalle de que no es extraño ver que cualquier ser que clasifique para alguno de los grupos señalados anteriormente termine discriminando a alguno de los otros. Supera totalmente mi simple racionalidad. Y todo esto lo expreso desde el lugar de saber lo que es ser discriminado por gordo y luchar contra las actitudes discriminatorias (que tengan otros y en las que yo mismo pueda tener) hacia los demás porque sé lo desagradable que es ser discriminado. Les dejo una canción de las Pastillas del Abuelo que toca este tema.
Que yo no soy, que es él que yo actué bien y él no, ah no, de acá yo no me muevo. Que por cuestión de piel, de sexo o religión tus zapatos no me los pruebo.
¿A quién le vamos a tirar una pared cuando ya no nos quede nadie? Tal vez un perro fiel a cambio de comer soporte hasta lo insoportable.
Temiendo ser peor, temiendo ser mejor, temiendo al fin, siempre temiendo. Viviendo en el ayer,aletargando el hoy sí, Víctor, sí, sobreviviendo.
Juzgando al por mayor, te alejás más y más, del juicio que más importa, que es el juicio interior, es el que hay que afrontar, siendo parte de esta torta
Le atribuís el groove de un riff ciento porciento a la paz de la nicotina, hipocondría maternal y paternal, hereditaria vitamina.
Los placeres te acortan la correa y vos que te pensás un indomable Qué gracia tiene andar por esta sociedad jactándose de responsable?
Si como un pulpo vas, tirando piedras, no hay donde esconder tantas manos. Es mejor asumir la cobardía de huir a la responsabilidad de vivir
No importa cuanto me puedas alejar de la realidad yo siempre vuelvo. Psicología infernal, picante, dulce y sal pero despierto y ya no cuelgo.
Pasado el tiempo al fin el espejo devuelve una imagen más familiar. Hoy eligiendo a gusto y alternando, puede haber picante, dulce y sal.
Me bato a duelo con quien diga que voy bien porque hay rachas en esta vida. Soy grande y qué señor, no vaya a confundir la soberbia con autoestima
Que la soberbia mira desde más arriba y no llora penas ajenas. En cambio el autoestima se transmite y contagia a cualquier persona buena.
Te ví fragil, fatigada, rosada, como desamparada. Y temblabas no por frío, por vivir.
Era nuevo todo. vos y yo nos conectamos. Te acariciaba suavemente como temiendo tu dolor. Y vos dejabas que te amara. ¡Si hasta parecía que me conocías desde siempre!
Y era así. Tu siempre era minutos. Yo estaba a tu lado desde antes. Minutos, horas, días, semanas. Treinta y seis.
Junto a tu madre te soñamos, te inventamos, te esperamos, te anhelamos. Y hoy te digo ¡Bienvenida hija mía al corazón de esta familia!
Sentado al volante de su auto recordó una palabra muy en boga para referirse a la gente exitosa de los medios de comunicación "reinventarse".
-Fulano se reinventó y ahora vuelve a los primeros puestos del rating - dijo la periodista deespectáculos como si hablara de un premio Nobel. -Mengana reinventó su programa y lo dotó de mayor contenido - dijo el extorsionador devenido en conductor televisivo.
Él no podía reinventarse. No sólo no pertenecía a los medios: le importaban tres carajos el rating, la popularidad y su contenido temático. No pasaba por ahí la cosa. Pero necesitaba cambiar. No se soportaba más.
- Reconstruirse -se dijo.
¡Eso! ¡Reconstruirse!. Pero ¿cómo?. Desde cero era imposible. Ya no era el mismo que pugnó por respirar cuando le cortaron el hilo conductor de vida. Ya sabía como masticar, caminar, hablar, escuchar, aprender, enseñar, reir, sufrir, llorar, reconocerse en el espejo. En fin, lo básico lo sabía hacer. Y tenía claro que los años no habían pasado sin dejar su huella. También sabía lo que era el dolor, la frustación, el amor, el odio, el desprecio, las ausencias, la alegría, el desamor, el triunfo, el fracaso.
- O sea que los ingredientes están - le susurró su cerebro. - Lo que falla es la receta de este estofado.
Pero como no era un estofado, sino más bien una casa, los elementos se podían reciclar si se desarmaba todo con cuidado. Y en lugar de escribir una receta habría que dibujar los planos.
- Y bueno, habrá que ponerse laburar.
Una sonrisa quiso empezar a dibujarse en su triste rostro y el soliloquio terminó cuando vio su ojo derecho en el retrovisor.
- Sonreir -se dijo. - ¡Eso también lo sabía hacer!
Detuvo el auto. Rebuscó en su maletín y encontró ese cuaderno de espiral y una lapicera. Poco le importó la presencia del cuidador de garage que lo miraba desde lejos. Tenía mucho trabajo que adelantar.
Desde que compartí una mateada virtual que me hizo pensar acerca del ser padre infinidad de sensaciones e ideas han rondado mi cabeza. Más aún cuando intercambiamos opiniones con otro mateador que en cierto punto se ubicaba en las antípodas de mi forma de ver la paternidad y lo que eso significa.
Y entendí que es imposible transmitirle a alguien las sensaciones y los cambios que provoca la decisión de ser padre (o madre, para el caso es lo mismo, se generan diferentes estado y vivencias pero para el enfoque que quiero darle a estas palabras es semejante). Ya escribí sobre lo que sentí a partir de recibirme de padre, pero hay un momento previo, un click, que para cada ser humano es único y hace que la lente por la cual se mira el mundo cambie y ya nada sea igual.
Hay algo que cambia adentro. Y nada importa si desde siempre pensamos en que íbamos a formar una familia estando convencidos que cuando encontráramos con quien lo haríamos, o si un descuido o un que me importa hizo que las dos rayitas de un Evatest se formaran frente a nuestros ojos y dejamos de lado definitivamente la idea de interrumpirlo. Ese cambio se produce y chau. Podemos tener toda una vida previa sumida en la más ascéptica intelectualidad o ser una bestia que a duras penas dibuja la “o” con el culo de un vaso (cilíndrico, obvio), pero cuando decidimos ser padres, la evaluación de las cosas (que puedan involucrar a nuestros hijos) pasa del cerebro a las vísceras y no tiene vuelta atrás.
Tal vez hay un aspecto a tener en cuenta que a veces nuestra humana individualidad nos dificulta pensar, y tiene que ver con que un acto absolutamente egoísta (el que quiere traer un hijo al mundo es uno, no le pide permiso al susodicho que vendrá) que busca la satisfacción de un deseo propio genera que nunca más podamos pensar sólo en nosotros mismos sin importarnos el resto. Porque dentro del resto está esa persona que tiene una parte importante de nosotros en su ser, y les aseguro que si se siente la paternidad (maternidad) aunque más no sea un poco ya no podrá resultarnos indiferente.
Dejo un par de canciones que expresan mucho de lo que me generó y me sigue produciendo esta profesión de ser padre que he abrazado con toda devoción.
Vaya casualidad, lo que aparece publicado hoy. Transcribo el copete y dejo el link a la nota.
Compró una cama plegable, la probó y murió atrapada adentro La anciana tenía 83 años y vivía en la ciudad de Málaga, España. Los familiares tienen previsto iniciar acciones legales contra la empresa que vendió el mueble
Que conste en actas que la información no fue levantada de Crónica y "off de record" la marca Graco ya ha hecho circular la información que no construye ni distribuye este tipo de muebles.
Fin de año ruta colorada el sol nos abandona, la luna ya saluda. Hay ojos que no están hay piel que es un recuerdo. Al borde de la duda mi piel se desmorona.
Paisaje inclinado, ondulado, matizado. Perfil que me interrumpe en mi lento divagar. El asfalto se devora, el tiempo se termina, hay rasgos y rumores que no se olvidarán.
Fin de año ruta colorada. Perfil que me interrumpe en mi lento divagar. La ruta se termina pero hay vida todavía y la rara sensación de que te voy a encontrar.